El embarazo es un estado fisiológico, no un problema de salud. Requiere una serie de controles y de estudios para lograr identificar las posibles complicaciones y tratarlas a tiempo. Desde que existe el control médico del embarazo y el parto hospitalario, la mortalidad perinatal ha descendido notablemente.
¿Qué ocurre con el estado actual de pandemia?
Con el estado actual de pandemia algunos controles pueden diferir del típico control del embarazo fuera de la misma. Al ser un virus nuevo las recomendaciónes pueden cambiar de acuerdo a las variaciones epidemiológicas de cada región, el avance del conocimiento de esta nueva enfermedad, y las recomendaciones que puedan surgir en el futuro de los organismos nacionales. Por el momento, la evidencia disponible frente al Covid-19, indica que no parecería haber complicaciones distintas a las complicaciones presentadas en la población general. Las embarazadas parecerían no ser más susceptibles a contraer la infección, o a complicarse, más que la población general. Tampoco se reporta un mayor riesgo de aborto. Hasta el momento no se han demostrado casos claros de transmisión vertical (transmisión del virus de la mamá al bebé) ni de que pueda producir defectos congénitos. No se ha podido demostrar a la fecha, transmisión de SARS-CoV-2 por placenta o leche materna.
De todas maneras el conocimiento disponible en relación con el impacto del COVID-19 en embarazadas y recién nacidos es limitado. Las recomendaciones de la mujer embarazada no difieren de la población adulta, siendo imprescindible sostener las medidas de aislamiento y bioseguridad en todas las etapas de la atención. Deben tener en mismo protocolo ante los síntomas que la población general.
¿Qué es el Control Prenatal?
Son una serie de controles donde los principales objetivos son identificar aquellas pacientes de mayor riesgo, con el fin de realizar intervenciones en forma oportuna que permitan prevenir riesgos y así lograr un buen resultado perinatal. Esto se realiza a través de la historia médica, el examen físico, la realización de algunos exámenes de laboratorio y exámenes de ultrasonido.
El control prenatal es importante en todas las embarazadas. Debe comenzar con la consulta preconcepcional, a fin de alcanzar el embarazo en las mejores condiciones. Se deberán prevenir, diagnosticar y tratar las afecciones que puedan afectar a la futura gestación, evitándolas o disminuyendo su impacto, en la medida de lo posible. Es en este momento donde se indicará comenzar con la toma de ácido fólico. Este se utiliza para disminuir el riesgo de malformaciones del tubo neural (mielo meningocele, espina bífida, anencefalia, etc.) Se sugiere en la población general 0,4 mg/día y 4 mg/día para mujeres con antecedentes de niños con malformaciones del tubo neural, pacientes con diabetes y epilepsia.
En el caso específico de la situación actual, se recomienda realizar solo los controles médicos, ecográficos y de laboratorio, mínimos para poder garantizar el adecuado control de la salud materna y fetal. En pacientes de alto riesgo la frecuencia de controles será determinada por el equipo tratante de acuerdo a la patología. En pacientes de bajo riesgo se recomienda espaciar los controles cada 5 a 6 semanas. Se darán a la paciente pautas de alarma para concurrir frente a la aparición de signos y/o síntomas durante esos lapsos. A partir de la semana 36 se recomienda aumentar la frecuencia de los controles prenatales.
Para los controles actuales se sugiere:
- Continuar realizando las consultas presenciales.
- Ingresar al control sola.
- Se sugiere uso protector facial y/o tapabocas.
Control Prenatal en embarazo de bajo riesgo
Intentaré describir brevemente el control prenatal que hacemos en un embarazo de bajo riesgo (o sea, un embarazo sin ninguna patología) Con el test de embarazo positivo en orina (no es necesario confirmarlo con el de sangre) se calcula las semanas de embarazo y se indica realizar:
- Eco transvaginal: posterior a la semana 7, donde se mide el embrión y permite aseverar las semana de gestación.
- Laboratorio: Se pide un laboratorio que incluye Grupo y factor de sangre, Análisis de sangre completo y orina con urocultivo, glucemia, TSH (hormona tiroides), serologías que son las enfermedades que le puede pasar la mamá al bebé a través de la placenta: Chagas, rubéola, sífilis, toxoplasmosis, varicela, hepatitis B y VIH. El tamizaje de Citomegalovirus no está recomendado (según las guias del gobierno de control prenatal), a pesar del riesgo que esta infección implica para el feto. La mayoría de las embarazadas en las que se realicen controles serológicos de rutina van a dar pruebas positivas (IgG positivo), como reflejo de una afección preexistente al embarazo. Tanto la infección primaria como las reactivaciones pueden dar como resultado la infección fetal, es por esto que no se recomienda el tamizaje.
- Peso, medida, presión, latidos: En todas las consultas se suele pesar a la paciente, tomar la presión, medir la panza con una cinta mentrica y escuchar los latidos a partir de las 10-12 semanas con detector de latidos.
- NT Plus: La ecografía más importante del primer trimestre es la NT Plus, que se hace entre las semanas 11 y 14 semanas de embarazo. Esta ecografía permite establecer el riesgo de alteraciones de los cromosomas e inferir el riesgo de presión alta y restricción de crecimiento durante el embarazo, con indicación de dar aspirineta. El estudio incluye una serie de datos de la paciente, como la edad y los antecedentes, la extracción de sangre donde se mide determinadas sustancias liberadas por la placenta (PAPPA, Free B-HCG), y una ecografía donde se realiza la medición del pliegue nucal (espacio anatómico, en la nuca del bebé, en donde se acumula líquido de forma fisiológica y transitoria en el primer trimestre) la presencia del hueso nasal, el doppler del ductus venoso (transporta la sangre de la placenta al corazón fetal), de la tricuspídea, y de las arterias uterinas. La combinación de estos resultados nos expresa una PROBABILIDAD DE RIESGO. Con este estudio se busca saber la posibilidad que el bebé porte algún desorden cromosómico, así como defectos congénitos del corazón. NO es una prueba diagnóstica, sino una indicadora de riesgo de anomalías cromosómicas o del desarrollo.
Se sabe que la translucencia nucal está aumentada en más del 70% de los casos de Trisomía 21 (síndrome de Down), Trisomía 18 y Trisomía 13 y en otros problemas cromosómicos como síndrome de Turner, Klinefelter, etc. También se encontró asociación con la presencia de malformaciones vasculares o cardiacas, hernia diafragmática, síndromes genéticos y displasias óseas. Sin embargo, muchas veces se trata simplemente de un falso positivo. Cuando el resultado final es de alto riesgo para cromosomopatías se recomienda seguir con el estudio, a través de una biopsia coriónica o una amniocentesis, lo que permite hacer un cariotipo y evaluar los cromosomas. Pero esta decisión es elección de la pareja, ya que son pruebas invasivas.
- Scan fetal: Luego se solicitará entre las 20-21 semanas el scan fetal, que permite observar la morfología del feto y confirman el sexo. Se solicitarán los laboratorios del segundo trimestre que incluye rutina completa y la prueba para saber si hay diabetes gestacional (P75) luego de la semana 24, al mismo tiempo que se solicita el estudio del corazón del bebé (ecocardiograma fetal), el cual no está protocolizado pero se perfila hoy en día a solicitarlo.
- Vacunas: En cuanto a vacunas: triple acelular, a partir de las 20 semanas y antigripal, desde el momento en que se diagnostica el embarazo. En caso de que la mama tenga factor rh neg y su pareja sea positivo, y no haya sensibilización, en la semana 28 a 32 de gestación, se aplica la profilaxis para la prevención de la enfermedad hemolítica neonatal (isoinmunizacion por RH), a través de gammaglobulina hiperinmune Anti-D.
- Ecografía: Aproximadamente 30-32 semanas, nueva ecografía para evaluar crecimiento fetal. En estas semanas suele indicarse la realización del curso de psicoprofilaxis para el parto.
- Laboratorio Completo: Semana 35: laboratorio completo con serologías nuevamente,y cultivo de estreptococo. Asesoramiento sobre conservar células madres y tejido de cordón umbilical. Suele solicitarse un electrocardiograma.
- Monitreos Semanales: Semana 38-39 (depende del médico tratante) comienzan los monitoreos semanales (registra los latidos cardiacos del feto, y el ritmo y la intensidad de las contracciones de la madre).
Los estudios científicos randomizados sugieren que los hijos nacidos de madres sin controles de embarazo tienen tres a cinco veces más riesgo malos resultados fetales, en comparación con hijos de madres que reciben control prenatal.
Los controles deben comenzar tan pronto como el embarazo sea sospechado. Varían generalmente entre 7 y 11 visitas totales. La frecuencia recomendada para un embarazo no complicado es:
- Cada 4 semanas durante las primeras 28 semanas.
- Cada 2–3 semanas entre la semana 28 a la semana 36.
- Semanalmente después de las 36 semanas.
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Dra. Luciana Pisarenco
Obstetra
@lucianitapisa