NOVEDADES CIENTÍFICAS
El nuevo cartílago reviste una estructura que imita la articulación de la cadera y que posee propiedades anti inflamatorias.
La nueva técnica utiliza una estructura sintética biodegradable y tridimensional que puede moldearse en cualquier articulación –en este caso, la cadera– y que, posteriormente, es cubierta con el cartílago generado a partir de las células madres obtenidas de la reprogramación de las células de la piel del propio paciente.
En consecuencia, la estructura puede ser implantada en la superficie de, por ejemplo, la cadera afectada por la artritis. De esta manera, y dado que la articulación está recubierta con un tejido ‘vivo’, se alivia el dolor causado por la artritis e, incluso, se puede demorar o eliminar la necesidad de cirugía de reemplazo de la articulación en muchos pacientes.
Pero aún hay más. También se puede incluir un gen en el cartílago regenerado, gen que posteriormente se activará con un fármaco para que produzca moléculas antiinflamatorias que reviertan la artritis. Y es que, de hecho, es esta inflamación la que provoca los primeros problemas articulares asociados a la enfermedad.
Como indica Farshid Guilak, «en los casos en los que haya inflamación podremos administrar al paciente un simple fármaco que activará el gen previamente implantado para disminuir la inflamación articular. Así, podremos cesar la administración del fármaco en cualquier momento, lo que dará lugar a una inactivación de este gen».
Y esta terapia génica ‘adicional’, ¿es importante? Sí, y mucho. No en vano, como apunta el director del estudio, «cuando los niveles de moléculas inflamatorias se incrementan en una articulación, el cartílago se destruye y aumenta el dolor. Sin embargo, la adición de esta terapia génica a la estructura y a las células madre podrían ‘convencer’ a las articulaciones de los pacientes para que se defiendan de la artritis y, así, conserven una funcionalidad óptima durante más tiempo».
En definitiva, la nueva estructura tridimensional rodeada del ‘propio’ cartílago del paciente podría resultar muy útil para el tratamiento de la cadera afectada por la artritis o por la artrosis.
«Esta estructura única es el resultado de la unión de cerca de 600 fibras biodegradables para crea un tejido de alto rendimiento que puede funcionar como un cartílago normal. Tal es así que los implantes de fibras son lo suficientemente fuertes como para soportar hasta 10 veces el peso del paciente, que es lo que generalmente tienen que aguantar nuestras articulaciones cuando hacemos ejercicio».
Y llegados a este punto, ¿cuánto tendrán que esperar los pacientes para beneficiarse de este avance? La verdad es que aún habrá que esperar. Y es que si bien los implantes ya se están probando en modelos animales, los autores estiman que, en caso de que todo vaya bien, los ensayos cínicos con seres humanos no se pondrán en marcha hasta dentro de 3 o 5 años.-
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